

Ya no es noticia que un porcentaje cada vez mayor del presupuesto de los Estados Unidos es utilizado con fines militares, más precisamente la guerra de Irak. Un artículo publicado en el Washington Post revela que la administración Bush lleva gastados 548 millones de dólares en la contratación de dos agencias británicas de seguridad que velan por la integridad del cuerpo de ingenieros del ejército encargado de la tan mentada reconstrucción (¿Reconstrucción o Modelado?) en ese país. Este monto está muy por encima del que se tenía pensado: u$s 200 millones, una cifra de todas maneras considerable.
Es útil en este sentido la información brindada por la organización National Priorities Project, que mantiene actualizado en su sitio el costo de la guerra y nos permite ver cómo crece segundo a segundo el dinero utilizado en la invasión. A su vez, podemos desglosar los montos por cada unos de los 54 Estados y conocer qué cosas hubieran podido hacerse con ese dineral. Una herramienta de juego más que de análisis, y que mantiene las ideas burgueses liberales de la seguridad social consagradas por las Naciones Unidas, pero que de todas maneras no pierden interés (me hubiese gustado saber, por ejemplo, cuántos McDonalds hubiese puesto en países tercermundistas o cuántas computadoras hubiera fabricado, factores que colocan los montos en el lado del debe, y no en el del haber).
¿Por qué tanto gasto? ¿Qué utilidad encuentran los Estados Unidos en mantener una ocupación que está desbalanceando a toda su economía? ¿Alcanza el argumento del petróleo?
Prefiero quedarme por el momento con una respuesta literaria. En su novela 1984, George Orwell divide al mundo en tres grandes Estados en guerra constante. Sus relaciones conflictivas no se mantienen inertes, sino que entre los tres tejen una red cambiante de alianzas y rupturas. Lo importante parece ser que la guerra no cese, pues su razón de ser en ese mundo es destruir los recursos sobrantes. Cuando la plusvalía es demasiado grande y se está por producir el efecto derrame, la guerra consigue su fin de destruir los "excesos de producción" para que esos bienes no sean adquiridos por las clases bajas, el proletariado, el pueblo o como se le quiera llamar (lo discutimos otro día). Piénsese en Remington, la fábrica de máquinas de escribir que creció gracias a la producción de armas; la destrucción de las cosechas en los campos de batalla y la paralización de la industria en épocas de guerra.-
Es útil en este sentido la información brindada por la organización National Priorities Project, que mantiene actualizado en su sitio el costo de la guerra y nos permite ver cómo crece segundo a segundo el dinero utilizado en la invasión. A su vez, podemos desglosar los montos por cada unos de los 54 Estados y conocer qué cosas hubieran podido hacerse con ese dineral. Una herramienta de juego más que de análisis, y que mantiene las ideas burgueses liberales de la seguridad social consagradas por las Naciones Unidas, pero que de todas maneras no pierden interés (me hubiese gustado saber, por ejemplo, cuántos McDonalds hubiese puesto en países tercermundistas o cuántas computadoras hubiera fabricado, factores que colocan los montos en el lado del debe, y no en el del haber).
¿Por qué tanto gasto? ¿Qué utilidad encuentran los Estados Unidos en mantener una ocupación que está desbalanceando a toda su economía? ¿Alcanza el argumento del petróleo?

Prefiero quedarme por el momento con una respuesta literaria. En su novela 1984, George Orwell divide al mundo en tres grandes Estados en guerra constante. Sus relaciones conflictivas no se mantienen inertes, sino que entre los tres tejen una red cambiante de alianzas y rupturas. Lo importante parece ser que la guerra no cese, pues su razón de ser en ese mundo es destruir los recursos sobrantes. Cuando la plusvalía es demasiado grande y se está por producir el efecto derrame, la guerra consigue su fin de destruir los "excesos de producción" para que esos bienes no sean adquiridos por las clases bajas, el proletariado, el pueblo o como se le quiera llamar (lo discutimos otro día). Piénsese en Remington, la fábrica de máquinas de escribir que creció gracias a la producción de armas; la destrucción de las cosechas en los campos de batalla y la paralización de la industria en épocas de guerra.-
Vías de Escape
Artículo de The Washington Post http://www.washingtonpost.com/wp-dyn/content/article/2007/08/11/AR2007081101378.html?wpisrc=newsletter
El costo de la guerra en Irak por National Priorities Project http://nationalpriorities.org/index.php?option=com_wrapper&Itemid=182
George Orwell
http://es.wikipedia.org/wiki/George_Orwell
http://www.george-orwell.org/
1984
http://es.wikipedia.org/wiki/Mil_novecientos_ochenta_y_cuatro
http://www.bibliopolis.org/articulo/1984.htm
Remington
http://www.remington.com/
La guerra relámpago
http://www.nodo50.org/moc-carabanchel/documentos/yanki/sadam_guerra_relampago.htm
http://www.rebelion.org/imperio/030329litovkin.htm
http://es.wikipedia.org/wiki/Blitzkrieg
El costo de la guerra en Irak por National Priorities Project http://nationalpriorities.org/index.php?option=com_wrapper&Itemid=182
George Orwell
http://es.wikipedia.org/wiki/George_Orwell
http://www.george-orwell.org/
1984
http://es.wikipedia.org/wiki/Mil_novecientos_ochenta_y_cuatro
http://www.bibliopolis.org/articulo/1984.htm
Remington
http://www.remington.com/
La guerra relámpago
http://www.nodo50.org/moc-carabanchel/documentos/yanki/sadam_guerra_relampago.htm
http://www.rebelion.org/imperio/030329litovkin.htm
http://es.wikipedia.org/wiki/Blitzkrieg
El costo de la guerra en Irak
Cost of the War in Iraq
(JavaScript Error)
No hay comentarios:
Publicar un comentario